Aprendí un oficio para el cual no sabía que tenía habilidades y trato de vivir feliz”, confiesa, tranquilo y sin rencores, este estudiante de Ingeniería en la UCV. Cada 3 de diciembre se recuerda a ese 15% de la población mundial que vive con alguna discapacidad.
LA EDAD PELIGROSA
Ligia Monterola, presidenta de la Sociedad Venezolana de Medicina Física y Rehabilitación, explica que las principales causas de discapacidad son las enfermedades crónicas como diabetes y cáncer, así como los accidentes automovilísticos.
“Es preocupante que el 50% de las personas con discapacidad severa tienen entre 15 y 45 años de edad y su causa es un accidente de este tipo”.
La especialista refiere que la discapacidad se manifiesta por una deficiencia física, mental, intelectual o sensorial, la cual puede impedir la participación plena en la sociedad y en iguales condiciones. Monterola comenta que Venezuela a través de las organizaciones gubernamentales y de la Sociedad trabaja para ayudar e incluir a estas personas y mejorar su calidad de vida. “Según las estadísticas más recientes 2008 de los servicios de rehabilitación adscritos al Ministerio de Salud se registró un total de 123.715 deficiencias en nuestro país, por lo que debemos trabajar en función de darles lo mejor. Nuestra especialidad enfatiza en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos que pueden causar una discapacidad temporal o permanente”.
Algunas de las personas con discapacidad motora, muchas veces requieren ayuda para comer, vestirse, desplazarse y en ocasiones presentan dificultad para hablar, porque se les paraliza el rostro. “Los daños en el sistema nervioso central y periférico derivan en un desequilibrio nervioso y muscular, haciendo que el paciente presente rigidez en las extremidades, lo que le impide mover adecuadamente los brazos o las piernas, o le imposibilita controlar los movimientos; esto se conoce como espasticidad.
Actualmente una de las opciones utilizadas para el tratamiento de la espasticidad es el uso de la toxina botulínica Onabotulinum A y neurorehabilitación. El tratamiento consiste en lograr que el músculo tenga mayor disposición para su rehabilitación y a través de la inyección de toxina Onabotulinum A, directamente en los músculos involucrados, se produce un relajamiento de la musculatura tratada. Se ha demostrado que este tratamiento produce una reducción sustancial de la rigidez de los músculos comprometidos, permitiendo la movilización de articulaciones que se hallan fijas, facilitando el manejo y la higiene del paciente, a la vez que disminuye el dolor causado por la contracción sostenida del músculo durante la espasticidad.
La toxina Onabotulinum A se encuentra disponible a nivel nacional de forma gratuita para quiene lo necesiten a través de los servicios de Rehabilitación y Fisiatría del IVSS.