REALIDADES DEL SÍNDROME DE DOWN EN VENEZUELA

Muchos temas pudieran abordarse en Venezuela al tratar el Síndrome de Down; también hay variedad de cosas por decir. Escogeremos tres que nos parecen muy importantes, mucho más estando tan cerca del Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down.

En primer lugar, es tema obligado hablar de la Integración educativa, especialmente, en un momento en que el Gobierno Nacional, a través de su Ministra de Educación, habla de una propuesta que implica grandes cambios: Se quieren cambiar las instituciones especiales, cerrar la mayoría de ellas para seguir los lineamientos de una nueva Misión, anunciada por el Presidente Chávez hace unos días. En muchas partes del mundo se transita esa vía de incorporar a los alumnos con Síndrome de Down, en nuestro caso, a la escuela regular. Por supuesto que aplaudimos la idea; personalmente hace años que nos manifestamos a favor de ella, en nuestro país. Ojalá hubiera una sola escuela inclusiva, para todos, como lo mandó Salamanca hace casi 20 años. No más exclusión ni para los más pequeños que acuden a los Centros de Desarrollo Infantil diseminados en todo el país, ni para quienes, están en los Institutos de Educación Especial o en los Talleres Laborales que perdieron su rumbo no hoy, sino desde hace casi 30 años.

Sin embargo, estamos tan acostumbrados a la improvisación, falta de planificación, ajena totalmente a la investigación, que lo decimos, claramente, en esta área, en Venezuela, hoy ¿cómo implementar, de la noche a la mañana, una idea, que –reiteramos– pudiera ser prometedora, como lo fue en otros países, cuando no hay ni siquiera un Documento base que lo sustente, cuando no se ha consultado a los docentes de la escuela básica que serán los receptores de esta población, ni se han asomado soluciones a la matrícula de 30 o 35 alumnos por aula en las escuelas, con pésima infraestructura, inaccesible para todos, no sólo para aquellos que tienen algún tipo de discapacidad? Los docentes ‘regulares’, jamás, en su formación, conocieron las características propias de esta nueva población; están mal pagados, y, en este tema, tampoco han sido consultados ellos, ni los especialistas, ni las asociaciones de padres y grupos organizados ni otras instancias de la comunidad; priman los intereses políticos en un año electoral. Otras Misiones son un fracaso. ¿Por qué creer en estos cambios si se repiten los mismos errores?

Cambiando de tema de reflexión nos preguntamos: ¿Cuál es la actitud de las familias hacia sus hijos con Síndrome de Down? ¡Qué difícil hacer una apreciación objetiva y cercana a la realidad! Es tan variada la población venezolana que tiene un hijo con Síndrome de Down que no son válidas las respuestas genéricas. Persisten las desigualdades sociales y, en la mayoría de los casos, son bien marcadas. Edad, recursos de la familia, ubicación geográfica, ingresos económicos del grupo familiar, nivel de aceptación de los padres, muy pocas asociaciones y grupos de padres de personas con Síndrome de Down, entre otros factores, deben balancearse a la hora de una respuesta a nuestra pregunta. No olvidemos que, históricamente, las actitudes, es un tema controversial en psicología y de difícil explicación. Hay un factor que, sin embargo, favorece una actitud favorable de nuestras familias. El venezolano es generoso, noble, proviene de hogares de mucha cohesión aún en circunstancias deplorables de inseguridad, desempleo y pérdida de valores. La familia extensa, aunque menos frecuente hoy que la nuclear, sigue siendo la fortaleza y el recurso de las parejas que tienen un hijo o hija con esta condición; la persona con discapacidad cuenta con una familia nutritiva que lo acepta y quiere. Nuestro país no es la Venezuela de hace 20, 30 o 40 años, en cuanto al conocimiento sobre el Síndrome Down y las oportunidades de aceptación y realización personal y profesional. Con ese optimismo nos atrevemos a decir que hoy la familia está más clara, es más receptiva y abierta: lucha, cree y apuesta a la superación de una situación nada difícil. En pocas palabras, también en Venezuela, se crean las condiciones favorables y la familia, en toda la amplia geografía nacional, empieza a mostrar una actitud positiva, de compromiso, de cambio.

Finalmente, una palabra sobre la atención pública y privada en el área. ¿Hay diferencias? Siempre las hubo y las habrá. Parte del deterioro de los servicios públicos, en general, es valedero para la educación. Muchas misiones, muchas cifras, se trate de la lucha contra el analfabetismo, el apoyo económico a la familia venezolana, o la vivienda –más ilusión y promesa, que realmente entrega de hogares dignos. Persiste aún una brecha entre el esfuerzo de quien ofrece atención en una escuela especial privada frente a la oferta de los institutos de educación especial públicos, sean estos municipales, estadales o nacionales, pertenecientes a un grupo o al otro, ubicados en Caracas, en un estado vecino de la capital o alejado de ella. Tampoco queremos caer en generalizaciones. Hay docentes especialistas como los llamamos que con una mística excepcional, llevan décadas con un trabajo personal, responsable, comprometido, al margen de las condiciones de trabajo, de la pésima supervisión de apoyo, así como de otras desventajas que signan las modalidades de la educación pública venezolana. Lamentablemente, hay que hacer referencia nuevamente a una bipolaridad que divide y separa, a una politiquería que impregna los discursos y se traduce en escasos recursos, falta de profesionalización, carencia de un rumbo claro que evidencia la falta de Políticas Públicas inclusivas, siempre postergadas.

La escuela privada, muchas veces, responde no tanto a claras convicciones de una visión inclusiva, sino a buenas intenciones de un familiar, de un directivo preocupado por algún caso en particular y que ha ido abriendo espacios inicialmente a una niño pequeño en Pre-escolar y luego ampliando su cobertura a los primeros niveles de la escuela básica, aunque no está seguro si lo está haciendo bien o no, si la escuela da las respuestas correctas hoy y las dará mañana, o si considera que la integración debe llegar sólo a cierto nivel para luego pensar – paradójicamente– en volver los ojos hacia la escuela especial. En ese marco debe analizarse la oferta de la escuela pública y la escuela privada. No es sólo tener los recursos para acceder a ella; son otros gastos adicionales hoy cada vez más difícil de cubrir. Es la duda en la escogencia de una atención más personalizada, con docentes puntuales, con mejores instalaciones y equipos que, en educación especial, marcan una diferencia. Tampoco lo público o privado es tan fácil de reconocer y de evaluar. A veces duele constatar que persiste un mercantilismo que no garantiza personalización de servicios ni calidad.

En pocas palabras, estos temas necesitan más tiempo, más reflexión, más compromiso. Es aquí, donde ALASID juega un papel pionero e irremplazable; hay otras asociaciones que comparten este compromiso. Representan a las familias venezolanas, los genuinos no dolientes, como se les suele llamar desde una visión lastimera, exclusivamente médica, sino los protagonistas del cambio, de la acción social, esperanzadora, propia del modelo social que, en Venezuela, se va volviendo, poco a poco, una realidad. La familia y el Estado multiplicarán los logros y estas ilusiones, a veces aún quiméricas. Los grandes beneficiarios: las personas con Síndrome de Down.

La situación en Venezuela en materia de discapacidad no difiere mucho de la del resto de los países latinoamericanos. En Venezuela, a nivel gubernamental, no existe un organismo público desde el punto de vista real que se encargue de aportar información o de investigar sobre el síndrome de Down. Sin embargo, a nivel público contamos con una red de Centros de Desarrollo infantil encargados de atender población desde los 0 a los 5 años de edad que, aunque hacen un buen trabajo, se encuentran en situación de colapso en cuanto a demanda de servicios se refiere, ya que estos centros son insuficientes A nivel municipal hay cada vez mas interés en la participación de la población con discapacidad en actividades recreacionales, culturales y deportivas, aun cuando todavía falta trabajar más en capacitación con los responsables departamentales. Existen disposiciones legales muy completas pero que, como en muchos países, suelen quedar en letra muerta. La Constitución Nacional garantiza el derecho a la vida y por ende no legaliza el aborto.

Desde el punto de vista de los servicios de salud, tampoco disponemos de programas preventivos a no ser por el Programa de Salud para las personas con síndrome de Down publicado por la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down (ver http://www.avesid.org/#sd3 y http://www.avesid.org/#sd4) inspirado en los programas norteamericanos y españoles, habiéndose hecho adaptaciones en los esquemas de vacunación de acuerdo a nuestra realidad sanitaria.

En materia educativa va habiendo un poco más de apertura y cultura hacia la integración de personas con necesidades especiales al aula regular. De, hecho la nueva legislación para la protección de las personas con discapacidad así lo contempla, aun cuando falta mucho por trabajar en este sentido, sobre todo en el hecho de que las políticas publicas se lleven realmente a la práctica y que existan los controles adecuados para que lo establecido se cumpla.

En relación al ámbito deportivo, notamos que hay un crecimiento en la participación de atletas en cuanto al marco de Olimpiadas Especiales se refiere y en la apertura de nuevos subprogramas en varios estados, por ejemplo la primera Copa América Especial a celebrarse en nuestro país. Así mismo, la participación de 192 atletas en las Olimpiadas Mundiales a celebrarse en la ciudad de Shangai.

La realidad laboral en nuestro país puede resumirse en el constante crecimiento que hay por parte de los entes públicos y privados que muestran interés por la integración. En estos instantes, se está trabajando en capacitar a la población especial para realizar integraciones efectivas e ir gradualmente y bajo un programa de empleo con apoyo a ir realizando el seguimiento correspondiente. Todo esto va muy ligado con las habilidades sociales que la persona con discapacidad requiere para su desempeño autónomo y vida adulta mejorando su calidad de vida.

Las organizaciones privadas han tenido muy buenas iniciativas en el trabajo con las personas con necesidades especiales en Venezuela y su inserción educativa y socio laboral; contando con redes de apoyo que en realidad deberían ser más sólidas, percibimos que en nuestro trabajo debe fomentarse mayor y mejor articulación entre nuestras mismas instituciones y las instituciones oficiales. Esto nos ahorraría mucho tiempo, recursos y trabajo. Es necesario fortalecer las campañas informativas relacionadas con la discapacidad a través de los medios de comunicación, a fin de profundizar aún más la cultura hacia la discapacidad de nuestros colectivos.

Si usted está interesado en obtener mayor información acerca del síndrome de Down en nuestro país, no dude en contactarse con:

Asociación Venezolana para el Síndrome de Down AVESID www.avesid.org

Asociación Larense para el Síndrome de Down ALASID alasid@hotmail.com

Federación Venezolana de Asociaciones y Fundaciones de Personas con Discapacidad Intelectual y sus Familias FEVEDI www.fevedi.org.ve

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«Cuando se quiere, se puede». José Rafael Ramírez continúa en la búsqueda de su meta

Otra Visión: Beatriz Adrián – Globovisión
08/04/2012

En el mes de enero presentamos en Otra Visión la historia del joven tachirense José Rafael Ramírez, quien demostró que cuando se quiere, se puede, como reza el lema que el mismo repite.

Aun así, José Rafael estudió básica, diversificada y fue a la universidad. En 2010 se graduó de Ingeniero Industrial en la Universidad Nacional Experimental de Táchira, luego de acudir como cualquier alumno a ésta casa de estudios – durante 5 años – en los que solo ir de la entrada a un salón le tomaba 20 veces más del tiempo que requería cualquier otro estudiante.

Sus clases las grababa o tomaba nota en una computadora, en la que aún escribe, pero usando sus codos.

Su apoyo fueron además de su madre Aura y su hermana Gabriela, todos los amigos que cultivó, quienes no lo abandonaron ni un minuto. De ellos dependía hasta para tomarse una botella de agua o para comer como todos en el comedor de la universidad.

El día que José Rafael entró al auditorio de la UNET para recibir su titulo de Ingeniero Industrial, toda la universidad se vino abajo en aplausos. No cabía ni un alma en el recinto para ver a este gran ejemplo de superación y constancia. Además, quedó entre los 20 primeros alumnos de una promoción de 86 ingenieros.

José Rafael, se trazó otra meta y está cerca de alcanzarla. Conoció a un venezolano igual que él – con parálisis cerebral – pero quien hoy camina y se mueve independiente de los demás. Esto gracias a una cirugía que le realizaron en el Memorial Hermman Hospital de Houston, Estados Unidos. Allí le colocaron un neuroestimulador, cuyos impulsos controlan la dystonia que produce los movimientos involuntarios y paralizan su cuerpo.

José Rafael y su familia han estado en dos oportunidades en Houston, investigando cada detalle de la cirugía, y una de las directoras del hospital, Anita Madam y un neurocirujano evaluaron al joven y aseguraron que es un buen candidato para la operación.

La última visita a Houston fue en el mes de marzo cuando fueron a ultimar detalles y a buscar los recaudos que exige Cadivi para cambiar Bolívares por divisas, que se requieren para pagar su operación. El costo de la cirugía es 86 mil dólares, pero necesita 6 meses de rehabilitación allá, lo que incrementa el costo a unos 250 miles de dólares.

Desde que salió el programa Otra Visión narrando la historia de José Rafael Ramírez han sido muchas las manifestaciones de apoyo. Una señora en el pueblo de Bailadores le regaló la novilla más bonita para subastarla. En la feria de San Sebastián sus amigos realizaron varios potazos. En su edificio los vecinos se organizaron para hacer una vendimia. En los juegos de Fútbol del Táchira realizaron colectas y hasta personas particulares lo han parado en la calle para regalarle el dólar de la suerte que guardan en sus carteras.

Y es que José Rafael Ramírez propuso a través del programa una fórmula para alcanzar su sueño de operarse en Houston: “Sí 250 mil personas me donan un dólar, yo puedo hacerme esta cirugía”.

Su madre dijo que aún falta un poco más para hacer realidad el milagro de la operación de su hijo. “Gracias a todas las personas que han creído en mi hijo, esto nos ha unido como venezolanos. Yo no tengo palabras para agradecer tanta solidaridad”, expresó.

Comentó que incluso muchas madres que como ella tienen hijos con discapacidad física o mental, la han llamado para decirle que José Rafael ha inspirado a sus hijos y les ha devuelto las ganas de esforzarse y salir adelante. “No hay mas limitaciones que las que nos imponemos nosotros mismos, a través de nuestra mente”.

Sí desean mas información sobre José Rafael Ramírez pueden ver su página web www.joserafael.org, allí encontraran mas detalles sobre como colaborar con su cirugía.

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Prometedor avance para el tratamiento de la parálisis cerebral

AFP – Investigadores estadounidenses probaron con éxito en conejos un nuevo tratamiento que permite recuperar casi enteramente la movilidad, un resultado esperanzador para la atención de personas con esta enfermedad incurable, según publicó la revista Science Translational Medicine.

El método, que integra el creciente campo de la nanomedicina, supone la administración de un medicamento anti-inflamatorio directamente en las partes dañadas del cerebro a través de diminutas moléculas en forma de árbol conocidas como dendrímeros.

Las crías de conejo tratadas dentro de las seis horas del nacimiento mostraron “una significativa mejoría en la función motora” al quinto día de vida, dijo Sujatha Kannan, del Instituto Nacional de Salud Infantil, coautora del estudio publicado en la revista científica estadounidense Science Translational Medicine.

Los conejos nacidos con parálisis cerebral se movían “casi a niveles normales sanos en cinco días”, agregó el pediatra de Chicago Sidhartha Tan, en una nota que acompaña el estudio.

El fármaco utilizado fue uno utilizado comúnmente para tratar a las personas con sobredosis de acetaminofeno, conocido como N-acetil-L-cistina o NAC, administrado en una dosis 10 veces menor.

Sin embargo, fue exitoso debido a que el método de nanoadministración permitió aliviar rápidamente la inflamación en el cerebro.

Kannan dijo que su equipo usó conejos, porque en éstos, como en los humanos, una parte del cerebro se desarrolla antes del nacimiento y otra después, mientras que la mayoría de los animales nace con sus habilidades motoras ya formadas.

“Una ventaja es que podemos probar terapias y ver la mejoría de la función motora con este tipo de modelo animal”, dijo.

Si bien los expertos dicen que puede llevar muchos años saber si este método puede ser usado en bebés humanos, la investigación prueba que cierto tipo de intervención temprana puede revertir el daño cerebral.

“La importancia de este trabajo es que esto indica que hay una ventana en el tiempo, inmediatamente después del nacimiento, en la que se puede identificar la neuroinflamación y en la que el tratamiento con un nanodispositivo puede revertir las características de la parálisis cerebral”, dijo otro de los autores del estudio, Roberto Romero, un obstetra en el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano.

La parálisis cerebral afecta a unos 750.000 niños y adultos en Estados Unidos, y su tasa de prevalencia es de un 3,3 por cada 1.000 nacimientos, según Romero.

Este trastorno puede causar graves dificultades para controlar los músculos, así como incapacidad para caminar, moverse o deglutir. Algunos pacientes también pueden sufrir retrasos cognitivos y anomalías del desarrollo.

La parálisis cerebral puede ser causada por infecciones maternas durante el embarazo, lesiones en la cabeza, o complicaciones en el nacimiento. Suele estar relacionada con el nacimiento prematuro, un fenómeno que va en aumento, pero la enfermedad a menudo no se diagnostica hasta los dos años.

“Al momento del diagnóstico es muy poco lo que podemos hacer”, dijo Romero, describiendo la parálisis cerebral como “una enfermedad crónica que no tiene cura”.

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Agrupación instrumental de ALASID amenizó el Viernes Cultural de la escuela Ciudad de Maracaibo

La Agrupación Instrumental de ALASID es la única de este tipo con personas con síndrome de Down existente en Latinoamérica.

REDACCIÓN ELINFORMADOR.COM.V.E.- La agrupación musical interpretó un repertorio de piezas musicales, tanto nacionales como internacionales, en cuatro y flauta dulce, y los profesores José Manuel Borjas, Jesús Rivero, Edgar Hernández y Olga de Bellizziles acompañaron en la ejecución del concierto, destaca nota en prensa José Francisco Navarro Aldana.

Es importante destacar que la Agrupación Instrumental de ALASID es la única de este tipo con personas con síndrome de Down existente en Latinoamérica y más allá de sus fronteras, la cual está invitada para participar en el 8vo Congreso de Arte y Rehabilitación en Argentina.

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A beneficio de AVESID y Fundacion UNO MAS. El miercoles 2 de Mayo en auditorio del Colegio San Ignacio, a las 7:00 PM

Asociación Venezolana para el Síndrome de Down
AVESID

Dirección: Avenida Sucre de Los Dos Caminos, Centro Parque Boyacá, Torre Centro Piso 16

Teléfonos:+58 0212 8335175, +58 0212 2835887

Telefax: 04125878516 y 04122612881

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