Reyna Benzecri de Benmergui homenajeada

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Antes y después de Reyna
Carolina Jaimes Branger

Miércoles, 27 de octubre de 2010

Escribo este artículo como mamá de una niña especial. Solo alguien que ha pasado por lo mismo sabe lo que se siente, lo que se padece, lo que se sufre. Pero solo alguien que ha pasado por lo mismo sabe lo que se espera, lo que se aprende, lo que se ama.

Por eso puedo entender en su completa dimensión la extraordinaria labor de Reyna Benzecri de Benmergui. El jueves 14 de octubre asistí a una cena para celebrar los 51 años de su actividad en la Asociación Venezolana de Padres y Amigos de Niños Excepcionales, Avepane. Reyna, una mujer de mundo, elegante, exitosa en sus negocios, jet setter internacional, cambió radicalmente su estilo de vida para encargarse de su hija Ingrid, que había nacido con discapacidad. Pero no se limitó a ocuparse de Ingrid. Reina sintió la obligación de ocuparse de quienes estaban en las mismas condiciones que su hija, pero desasistidos. De allí salió la obra más importante que hay en este país en educación especial, y su ejemplo ha motivado a otras personas a seguir su camino en términos más especializados.

Reyna llegó a la cena en su silla de ruedas. Saludó a todos con hablar pausado. Y nos conmovió que aquella mujer en apariencia frágil, tenga planes y proponga ideas todos los días, y sea un ejemplo para todos quienes tiene a su alrededor.

“La historia de la educación y especial en Venezuela tiene un antes y un después: Reyna Benzecri” dijo Alfredo Beracasa, presidente de Avepane, anfitrión y sobrino de la homenajeada. Me conmovió ver cómo la familia entera está abocada a tan importante obra. Su sobrino, Julio González Filesari, también miembro de la junta directiva, se refirió a que “Avepane es otro hijo de Reyna”.

Reyna ha sido la aliada de miles de personas para entender lo que pasa, para aceptar lo que pasa, para superar lo que pasa. Ha enseñado a miles de padres a ver la vida de otra manera, a contar el tiempo de otra manera, a sentir de otra manera. A llorar sin preocuparse de que los vean llorar y a ser felices con los pequeños triunfos de sus pequeños.

Reyna es un pilar y ejemplo de fortaleza, voluntad y coraje y una amiga incondicional para aquellos a quienes la vida les ha impuesto una prueba tan dura. Me siento muy feliz de tener esta oportunidad de decirle, por su obra, por su mística, por su generosidad, ¡gracias, Reyna, mil veces gracias!

cjaimesbranger@gmail.com

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