Pesebres con compromiso social (ANAPACE)

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Los fondos que se recojan en las maquetas irán directamente a cada una de esas organizaciones, que dependen de la generosidad de empresas y ciudadanos.

Creatividad contra la parálisis. La Asociación Nacional contra la Parálisis Cerebral ­ Anapace-, con sede en Santa Mónica, armó su pesebre en la estación Chacao. Sofía Villarroel, administradora de la institución, informó que los niños que estudian en la escuela participaron en la construcción del nacimiento. “Para ellos, haber hecho ese trabajo es algo importante porque saben que van a reconocer su labor. A veces la gente piensa que ellos no pueden hacer nada por las condiciones en que están, pero participan rasgando papel, haciendo peloticas y pintando. Lo que queremos a través de este proyecto es que la gente sepa que ellos existen”, manifestó la gerente.

Anapace utilizará los fondos recaudados para colaborar con la escuela de educación especial adscrita a la organización, que atiende alrededor de 50 alumnos con parálisis, retardo mental y síndrome de Down.

Villarroel explicó que la mayoría de los niños vive en una situación económica precaria, por lo que algunos no pagan la matrícula.

Para Villarroel, lo importante es la difusión de información sobre la organización. “Queremos que se sepa que las personas con discapacidad existen, tienen derechos y son iguales a todos nosotros”.

Omaira Prado, directora de Anapace, subrayó que los fondos son necesarios para adaptar los programas regulares de educación a las necesidades físicas y motoras de cada uno de los niños. “Todos nuestros esfuerzos están orientados a regularizar su educación y, si es posible, que lleguen a la universidad”, aseguró.

Marilyn Tabuada estuvo cerca de estudiar medicina, pero no lo logró por una discapacidad motora en su mano. Ella se graduó recientemente de bachiller de educación especial en Anapace, y ama la medicina. Señala que se ha informado sobre todo tipo de enfermedades y afecciones, e intenta con ese conocimiento ayudar a los otros niños. “Junto con las maestras estoy en la comisión médica. Desde chiquita, a mí lo que me encanta es la medicina y Anapace me ha dado una oportunidad”, dijo.

Un pesebre para la educación.

La Fundación Luz y Vida, con sede en la zona colonial de Petare, es responsable del nacimiento que se colocó en la estación Miranda, en el Parque del Este. Esa institución funciona como escuela, a través del programa Aulas Comunitarias, para más de 300 niños de la zona norte de Petare, que no tienen posibilidad de asistir a un colegio convencional.

A través de la realización de censos, los miembros de Luz y Vida localizaron a los niños que no estaban escolarizados, y con la ayuda de maestras de la comunidad abrieron aulas para ellos. La fundación también cuenta con una unidad de defensoría de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, servicio de psicología, ayudas a las familias y guarderías.

Luz y Vida lleva tres años participando en el programa de pesebres del Metro. Este año, los constructores fueron los pequeños del aula localizada en el barrio Antonio José de Sucre, parte alta, quienes hicieron un nacimiento con cartones y piedras. La coordinadora Iris Guerrero explicó que los fondos recaudados servirán en parte para comprar materiales necesarios para los niños y pagar el transporte para paseos.

Contra las drogas. El Hogar Villanueva se adueñó de la estación Chacaíto, para colocar allí a San José, la Virgen y el Niño Jesús. Esta fundación lleva 33 años luchando contra el uso de sustancias psicotrópicas en el país.

Según Héctor Correa, director de uno de los centros de atención, actualmente la organización cuenta con dos comunidades terapéuticas, una en Las Adjuntas y otra en Guatire, así como un ambulatorio que funciona las 24 horas.

Blexys Tovar, coordinadora de donaciones de esa ONG, manifestó que si el dinero recaudado es suficiente, se invertirá en la asistencia de los directores a la Conferencia Mundial de Comunidades Terapéuticas, que se realizará en Lima el año que viene. De no ser una cantidad mayor, los recursos se emplearán en tratamientos que alcancen hasta 2.000 bolívares fuertes mensuales, monto que no todos los pacientes pueden pagar.

Como estas organizaciones, existen alrededor de 20 más que esta Navidad esperan en las estaciones del Metro la colaboración de los usuarios, para darle continuidad a importantes labores sociales en el país, cuyos insumos provienen de la ayuda y la empatía de personas, empresas y asociaciones que comprenden sus necesidades y el cambio social que ellas aportan diariamente.

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