El 80% de los pacientes de Anapace vive en zonas populares La asociación, que cumplió 45 años, sufre por la merma de donaciones

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Jonathan, de 28 años de edad, es uno de los 90 pacientes que diariamente acuden a Anapace

A sus 45 años, acabados de cumplir, la Asociación Nacional contra la Parálisis Cerebral libra una batalla titánica para obtener donaciones, que han mermado drásticamente en los últimos tiempos. Aun así, está negada a abandonar sus proyectos, cada vez más ambiciosos. Su inspiración son los 90 pacientes que atiende a diario (50 en la mañana y 40 en la tarde) en el área de rehabilitación y educación especial; de los cuales el 80% proviene de familias con escasos recursos que viven en zonas populares de la Gran Caracas.

En su sede de Santa Mónica, los 40 miembros de Anapace carecen de una central telefónica para comunicarse eficientemente, tampoco tienen ventiladores ni aire acondicionado, pero les sobran razones para imponerse a las limitaciones.

Una de ellas es Jonathan. Huérfano de madre, llegó a la institución hace cuatro años con una andadera posterior que al mes cambió por una anterior y luego por unas muletas. Hasta hoy, cuando baja y sube escaleras apoyando sus brazos del pasamanos. Además de sus progresos en el área motora, el joven de 28 años ha adquirido otras destrezas. Es uno de los alumnos más avezados en las aulas de computación.

La presidenta de Anapace, Omaira Prado, tiene 75 años, pero la vitalidad de una quinceañera. La médica fisiatra, que llega a las 10 a.m. y solo se va después de las 8 p.m., recorre con agilidad los pasillos de la institución que fundó hace 45 años. Con tacones se sube a las máquinas de ejercicios de la sala de rehabilitación para hacer una demostración. Por estos días lo que más le preocupa es conseguir los recursos para inaugurar la nueva sala de Neurorrestauración, que es una realidad gracias al apoyo del Centro de Especialidades Médicas Quirúrgicas de Barcelona, España. “Ya está equipada, pero hay que reemplazar el piso para lograr una mayor asepsia”, explica Prado.

Paralelamente trabaja en otro proyecto. La creación de un laboratorio de células madres (en alianza con el IVIC), para lo cual se está remodelando un área de la casa. “Este laboratorio va a ser una esperanza, pues estas células se están usando para mejorar la salud de los pacientes con parálisis cerebral”.

El servicio de rehabilitación y educación especial de Anapace, que funciona de 7:30 de la mañana a 5:30 p.m., cuesta Bs 600. Aunque es un monto accesible, la mayoría no puede pagarlo. El Seguro Social asume los gastos en el caso de los niños que están asegurados, pero 20% de los pacientes están becados por la asociación totalmente y el resto parcialmente.

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