La práctica de ejercicios con caballos se ha consagrado como una alternativa terapéutica en el mundo desde mediados de los años 50, a raíz de la participación de una amazona afectada de poliomielitis, Liz Hartel, en los Juegos Olímpicos de Helsinki. A finales de los años 80 se comienza a utilizar en España para aplicar técnicas reeducadoras sobre personas disminuidas, inadaptadas o discapacitadas. Las características del caballo, su carácter y el modo de relacionarse con el hombre permiten, según los expertos, trabajar aspectos físicos y psicológicos con el paciente de forma única. Es un complemento a las terapias tradicionales, un tratamiento alternativo cuyos beneficios eran ya conocidos en la antigua Grecia.
María Álvarez
Junio 2005