Dentro de su promoción es ejemplo para sus compañeros. José Manuel tiene 21 años y sufre de parálisis cerebral y trastorno motor, pero esta condición no le impidió culminar sus estudios de Educación Física para Individuos con Necesidades Especiales en el Instituto Universitario Avepane.
Es atleta de la Selección Paraolímpica y se entrena en el gimnasio inclusivo de Avepane, al que asisten personas con alguna limitación física. “Lo más difícil de la carrera fue la gimnasia, en ocasiones tenía que hacer algunas adaptaciones”.
Al lado del gimnasio, está el taller de Serigrafía. Allí Franklin López, un joven con discapacidad intelectual, explica que todos los días tienen mucho trabajo. “Estampamos franelas para campamentos y organizaciones, también hacemos tarjetas”, dice mientras invita a las empresas a usar sus servicios. Franklin ha avanzado tanto en el taller que ayuda al profesor a dar las clases.
Gustavo González, director general de la Asociación Venezolana de Padres y Amigos de Niños Excepcionales (Avepane), explica que actualmente hay 52 jóvenes con discapacidad intelectual que asisten al Centro de Formación Ocupacional de esta organización, que imparte talleres laborales de Serigrafía, Corte y Costura y Manualidades (Reciclaje). La meta a corto plazo es acondicionar y ampliar estos espacios pues hay quince jóvenes en lista de espera.
En esa suerte de ciudad escolar para niños especiales que es Avepane, funcionan aliados como el centro de educación inicial Aura Salas Pisani; el centro educativo integral La Tahona, que atiende niños con impedimento motor y parálisis cerebral y el Colegio Marbe que aborda dificultades de aprendizaje en el nivel de Educación Media. Está el Instituto Universitario Avepane que atiende 360 estudiantes en las carreras de Educación Especial, Mención Retardo Mental y Dificultades del Aprendizaje (de donde han salido 60 promociones); Educación Preescolar (20 promociones) y Educación Física y Recreación para Individuos con Necesidades Especiales.
En Avepane hay un centro de informática donde funciona el programa Poeta para personas con discapacidad y vulnerables. También hay un espacio para el CETA (Centro de Estimulación y Terapia Alternativa) donde se trabaja el lenguaje y la estimulación motora.
Los fines de semana unas mil personas pueden encontrarse en las diferentes actividades que tienen lugar en la sede de Avepane. Otro de los proyectos es ampliar el estacionamiento, que se hace insuficiente. La asociación también quiere retomar el plan de becas estudiantiles, antes tenían casi 50 para los estudios de Educación Especial.
Con el aporte que reciben del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Avepane paga la nómina del Centro de Formación Laboral y el IVSS costea el programa a las familias con dificultades económicas.
Reyna Benzecry de Benmergui fundó Avepane hace más de 50 años para dar respuesta a una familia que tenía una niña con trastorno del desarrollo intelectual y que los colegios regulares no sabían que hacer con ella. Después se fueron uniendo padres que tenían hijos con algún tipo de condición especial.
Los interesados en apoyar a Avepane o tener más información sobre sus actividades pueden comunicarse al (212) 945 3280/ 7124, (212) 943 2625.